“El cuerpo humano es un altavoz de lo que tenemos en cabeza”, así lo explica la acupunturista Reyes Coronel. Según la Medicina Tradicional China, los dolores físicos que a menudo sentimos tienen que ver con nuestras emociones y las diferentes situaciones que estamos viviendo.
Los dolores de cabeza, cefaleas y migrañas, entre otros, tienen distintos orígenes, y en función de variables como la zona y la intensidad es posible descubrir los motivos que lo originan. Algunas terapias como la acupuntura son muy útiles para estudiar las bases de nuestras dolencias o el órgano que lo produce, ya sea por deficiencia de riñón, problema de estómago o una larga lista de opciones.
“Todo puede tratar todo”, asegura la experta en acupuntura. Aunque emplea la acupuntura para sanar emociones, en su consulta proporciona otras técnicas como la kinesiología, que estudia los órganos alterados, o las flores de Bach, que pueden hacer lo mismo. Desde problemas de autoestima, estrés o corazón, cualquier problema puede ser tratado.
El cuerpo es algo complejo, y, por ejemplo, si el dolor está en las sienes, quiere decir que hay problemas en la vesícula biliar, mientras que si duele la parte de arriba de la cabeza, suele relacionarse con las tensiones acumuladas. La autoestima, en cambio, está en la espalda, y cada vértebra es un órgano distinto. El estrés, en cambio, se refleja en la mayoría de partes del cuerpo.
Para Reyes, “lo fundamental es hacerle ver a los pacientes cómo gestionar sus emociones, porque así gestionan sus dolencias. Saber por qué se están produciendo esos dolores. Al somatizar en el cuerpo con los distintos sentimientos se van a reflejar en distintos puntos del cuerpo”, revela. Conforme va pasando tratamiento, los clientes van identificando sus problemas con más facilidad gracias a las pautas de comportamiento que se les proporciona.
Desde niños pequeños a personas mayores, cualquier tipo de persona, de cualquier edad, puede recibir el tratamiento. Reyes Coronel incluso ha tratado a sus perros.
Otra de sus técnicas más empleadas son los masajes metamórficos, que tienen como objetivo calmar a la persona que los recibe. “Las emociones están desde que nacemos hasta que morimos”, comenta Reyes, y “el masaje metamórfico es como una cebolla, va quitando capas que hemos construido para tapar ciertas emociones”. Con nueve sesiones por todo el cuerpo, es posible limpiarse emocionalmente y quitarse las trabas y sentimientos acumulados y atrapados.